Hace un tiempo le pregunté a las mamis de nuestra comunidad sobre las actividades extracurriculares de los chicos. Este es un tema muy variado, ya que hay muchas personas que piensan diferente, y que los criaron diferente.
Vamos a empezar con lo básico. Todos los expertos están de acuerdo que los niños necesitan tener actividades extracurriculares. Esto no sólo les permite participar en actividades nuevas, sino que les da oportunidad de socializar fuera de la escuela. Una maestra de nivel elemental por más de 40 años me comentó que en la escuela los niños NO socializan. Se les da quizás media hora para ir al patio a jugar y antes de empezar las clases, pero el resto del día tienen que estar sentados atendiendo a las maestras sin hablar (en teoría! jeje). Otra razón es que pueden compartir con niños que tienen sus mismos intereses. Una cosa es tomar clases de arte en la escuela donde no a todos les gusta, y otra cosa es tomar clases de arte con niños que lo disfrutan de la misma manera y están todos al mismo nivel.
Por el otro lado, hay expertos que han debatido el “trend” que hay de poner a los chicos en DEMASIADAS actividades, y el peligro que esto trae. Al estar en demasiadas actividades, se crea un nivel de estrés excesivo en los chicos. El tener un nivel moderado de estrés es bueno para su desarrollo, porque aprenden a trabajar con limites de tiempo, “deadlines”, y “multi-tasking” (hacer varias tareas a la vez). La escuela y su carga académica de varios cursos a la vez ya les enseña esto. Al tener una o dos actividades extracurriculares les añade un ambiente adicional y unas metas adicionales con las que tienen que cumplir. Pero tener demasiadas actividades llega un momento que no es productivo porque les limita el tiempo para poder cumplir con todo. Y empiezan a fallar. Y comienza la frustración.
Lo más importante es que los niños necesitan un tiempo libre, sin tareas ni actividades dirigidas, para poder ser “ellos”, y actuar como los niños que son y simplemente jugar. Muchos psicólogos comentan que los niños necesitan desarrollar la parte del cerebro que trata con la creatividad no dirigida (por iniciativa propia), y esto toma tiempo. Por ejemplo, crear un castillo de rollos de papel o de arena, jugar con muñecas, o el favorito de lil man, construir una pista de carrera y de obstáculos con objetos que encuentra por toda la casa.
Lo ideal es encontrar el balance entre las actividades y el tiempo libre. Yo soy fiel creyente en tener una variedad de actividades extracurriculares, y en nuestro foro de discusión encontré que la mayoría piensa igual. Por lo que he aprendido escuchando a otras personas y mis investigaciones, los dejo con dos consejos:
- Enséñenle a sus chicos que las asignaciones de la escuela siempre tienen prioridad. El tiempo extra que tienen para las actividades va a depender de cuán eficientes sean al completar sus tareas. Como regla general, si no les da tiempo para estudiar, entonces están en demasiadas actividades.
- Asegúrense de que tengan por lo menos media hora diaria para jugar libremente, especialmente a nivel preescolar y elemental. Los juguetes comprados son muy buenos, pero permítanles que exploren con otros materiales no comunes. Si su chico o chica hace una ciudad de muñecas o una pista de obstáculos utilizando sillas, cartones, el Wii board, y todos los controles de los televisores y DVD’s, me envían las fotos!!
Nota: La información contenida en este post es para propósitos de entretenimiento solamente. Mis investigaciones incluyeron entrevistas a profesionales de la educación y salud, otras madres, y artículos en el internet. Todas las opiniones descritas aquí son 100% mías. Favor consultar con un profesional antes de tomar cualquier tipo de decisión.
Why wouldn’t somebody like Julian Assange be capable of raping just because he does other admirable thtbgs?Ex-nloody-acily! It is not a hard concept to get, yet so many people seem to see the world only in black and white.
Bien élevés, les mômes ! J’en ai mangé, du surimi, quand j’étais petite (sans la mayonnaise, quand même), mais c’est un reportage sur Thalassa (et l’évolution des papilles) qui m’a fait changer de bord. Le vrai surimi, c’est bon, mais ça ne se trouve pas en magasin, et ça n’est surtout pas cette barre de déchets oranges.