Hace unos meses atrás, yo escribí este post originalmente en inglés para el blog de una amiga que vive en Oklahoma. Ella lo encontró comiquísimo. Aunque sí reconozco que mi chico suena chulísimo cuando se está quejando, no le quita al hecho de que se está quejando! Es un poco frustrante tratar de decirle algo a un niño que constantemente te dice que no, y que siempre tiene algo que decir!
Por lo general es bien difícil motivar a mi chico a hacer algo, especialmente algo nuevo. Yo creo que le da miedo de que va a fallar en lo que tiene que hacer, y simplemente se rehusa a tratar. Él no tiene ningún desorden diagnosticado, pero sí tiene un poco de rezago en su desarrollo neurológico, lo cual le ha afectado un poco su proceso de pensamiento, al igual que sus destrezas motoras, tanto finas como gruesas. Él recibe terapia ocupacional y del habla semanalmente en casa. Ya lleva casi un año y ha mejorado muchísimo, especialmente sus destrezas motoras, las cuales lo han ayudado muchísimo con su auto-estima.
Pero últimamente no ha estado muy cooperador. Él adora a sus terapistas, y por lo general hasta sale a sus carros a buscarlas cada vez que llegan. Pero a veces forma una “pataleta” cuando llegan, porque no quiere tomar la terapia. Yo creo que es porque ahora los ejercicios están más fuertes, y no los quiere hacer, porque obviamente requieren más de él. Ahora mismo lo puedo escuchar hablando con su terapista ocupacional en la sala, y luego de que ella lograra calmarlo, la conversación estaba de lo más graciosa:
Ella: Oye chico, ¿quieres quitarte los zapatos para el masaje?
Él: No.
Ella: ¿Por qué no?
Él: Porque hace frio.
Ella: OK, pues vamos a apagar el abanico. {Dando masaje en los pies con un scrub} ¿Esto se siente muy duro como la semana pasada?
Él: No.
Imagen prestada de http://zelmasworkshop.com
Ella: ¡Ah, pues qué bueno! A ver si la próxima vez que vayas a la playa puedes caminar en la arena sin los zapatos.
Él: ¡No puedo!
Ella: ¿Por qué no?
Él: Porque la arena está caliente.
Ella: OK, pues vas por la tarde cuando no esté tan caliente.
Él: No, la arena es dura y se me mete en los dedos, y después no los puedo limpiar.
Ella: Pero Mamá te ayuda a limpiártelos. Además, ¡es divertido!
Él: ¡O no! ¡No es divertido! ¿Por qué estamos hablando de esto? Ya no quiero hablar más de esto.
Esta conversación es completamente verídica, ¡la acabo de escuchar ahora mismo! Este es el tipo de discusiones que tiene constantemente. Si ignoro el hecho de que está actuando retante y difícil, reconocería que son comiquísimas! Su terapista me dice que va a ser un excelente abogado. ¡Yo sólo espero que no me vuelva loca en el proceso!
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