Cállate o Te Voy a Dar un Puño

Lil Man jugando en un carrusel

Hace unos días me encontraba cenando con mi familia en un centro comercial de la isla. En el “food court” hay un área de juegos para niños, y uno de los niños parece que estaba muy emocionado, y daba unos gritos muy fuertes. Sonaban como “whoop”, y cada vez que daba uno de esos gritos, todos los que estábamos alrededor dábamos un brinco del susto. Pues parece que a la mamá no le hacía mucha gracia, porque de repente gritó desde su asiento: “¡Cállate o te voy a dar un puño!”

Mi esposo y yo nos miramos asustados. ¿Esta persona acababa de amenazar a su hijo con un puño a todo volumen en medio de un centro comercial? No recuerdo si el niño volvió a gritar, pero menos de 5 minutos después, ella se levantó de su asiento, lo agarró por un brazo y lo haló hasta su asiento, diciéndole: “Vente para acá, carajo, que te voy a hacer gritar de verdad.”

En ese momento, mi esposo y yo abrimos los ojos, y decidimos irnos y llevarnos a Lil Man. Esta persona no sólo había amenazado a su hijo con violencia, sino que le habló con lenguaje soez. Todo porque su hijo estaba jugando feliz y lo estaba demostrando con un volumen demasiado alto.

No es la primera vez que presencio este tipo de empatía de una madre hacia su hijo. Hace unos meses vi a una madre molestarse con su hijo porque lloraba mientras le sacaban sangre en un laboratorio. ¿No me crees? Léelo aquí. Lo que yo no entiendo es por qué las madres piensan que está correcto o que es eficaz el tratar de corregir la conducta de sus hijos con violencia o lenguaje soez. ¿No entienden que lo que le están enseñando es a ser violentos? ¡El niño estaba feliz, por Dios!! Claro, estaba gritando muy duro, pero pudo haber usado tantas otras tácticas para que bajara la voz, que no incluyeran lenguaje soez.

Sé que hay algunos que me van a criticar por no haberle dicho algo a esa mamá, y créeme que lo pensé. Mientras nos levantábamos para irnos, pensé hacerle algún comentario, porque no está bien que una madre le hable así a su hijo. Nunca. Pero al ver la hostilidad que demostró hacia su propio hijo, me puse a pensar cómo reaccionaría hacia una persona extraña que le diga que está haciendo algo mal. Desde “¿qué te importa?” o “¿quién eres tú para decirme cómo criar a mi hijo?”, o quizás varias palabrotas hostiles hacia mí. Obviamente, si me quería ir, era para que mi hijo no viera ese tipo de comportamiento, y si yo le decía algo, entonces sí que se iba a dar cuenta.

Yo quisiera poder hacer algo en contra de esas personas que tratan mal a sus hijos, pero sé que podría poner en riesgo mi seguridad, y quizás hasta la de mi hijo. Hoy en día hay que tener mucho cuidado con quién uno habla y cómo le dice las cosas, porque la violencia está tan mala, que hasta los inocentes o los que tratan de defender a las víctimas salen perjudicados. Yo sólo espero que ese niño no haya recibido el puño que su mamá le prometió. Y que dentro de 10 años, él no le dé un puño a su mamá cuando ella diga algo que a él no le gusta.

Porque eso fue lo que ella le enseñó.

Y tú, ¿cómo hubieses reaccionado en esa situación?

Foto por artproem, via Shutterstock (http://www.shutterstock.com/gallery-141622p1.html)

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Este post es parte del reto del National Blog Post Month de BlogHer. Todos los días del mes de noviembre compartiré una historia en el blog. #NaBloPoMo

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